domingo, 2 de octubre de 2011

75 aniversario do voto feminino en España


Artículo en http://www.mujeractual.com

Fotos en www.20minutos.es

El voto femenino en España


Hace más de 75 años una mujer, Clara Campoamor, pidió la palabra en el Congreso de los Diputados para reclamar la igualdad entre sexos y el reconocimiento del derecho al voto a las mujeres. Una mujer frente a otra, Victoria Kent, ambas feministas, pero con puntos de vista contrarios en la cuestión del sufragio. Las únicas diputadas y las dos frente a 470 hombres. En la historia de España algo comenzaba a cambiar.


VANESSA RAMIRO / MUJERACTUAL
La necesidad de la dictadura de Primo de Rivera de conseguir una base social fuerte que respaldase al sistema y de dar una imagen de modernismo social en Europa hicieron que en España se consolidase, hacia los años veinte del siglo pasado, la participación de la mujer en la vida pública.

A partir de ese momento, fueron muchas las asociaciones de mujeres que, poco a poco, se formaron en nuestro país, algunas de ellas católicas, que resultaron muy beneficiadas por su colaboración con el régimen y muchas de sus líderes fueron más tarde designadas por el general para ocupar puestos en la Administración Nacional y en los ayuntamientos como concejalas. Pero, a pesar del avance que esto supuso, la actitud de la dictadura no dejaba de ser paternalista, por un lado: las mujeres no habían sido elegidas, sino designadas, e, injusta, por otro: en 1924, un Real Decreto reconocía el derecho al voto de las mujeres, reservado sólo para solteras y viudas, puesto que las casadas podían ejercerlo contra los intereses de sus maridos.
Fue con la llegada de la Segunda República en 1931 cuando las mujeres españolas pudieron integrarse en la acción política y social, algo que, de una u otra manera, interesaba a todas las fuerzas políticas. Clara Campoamor salió elegida parlamentaria por Madrid como miembro del Partido Radical y Victoria Kent, por el Partido Radical Socialista. Aún así, el tema de la concesión del voto femenino seguía siendo una cuestión polémica, que enfrentaba, incluso, a las dos únicas mujeres de la Cámara.
El artículo 34 de la Constitución, que en su segunda parte tenía que decidirse sobre el sufragio femenino, fue debatido los días 30 de septiembre y 1 de octubre de 1931. Clara Campoamor había conseguido que el anteproyecto constitucional recogiese el establecimiento de plenos derechos electorales para las mujeres, pero ahora tocaba defenderlo. Su voz fue la que más se oyó en el histórico debate de las Cortes Constituyentes, alzándose, como ya se ha dicho, incluso contra la de la otra mujer de la Cámara, Victoria Kent, partidaria de esperar algunos años para que la mujer española comprendiera lo positivo de la República y se convirtiera en su más firme defensora. Clara Campoamor pidió que no se cometiera el error de dejar a la mujer al margen de la República y menos por el miedo a cuál fuese a ser su comportamiento electoral.
La votación fue nominal y antes de producirse, muchos diputados socialistas abandonaron la Cámara al no estar de acuerdo con su partido. El resultado, 161 votos a favor (con el sí de socialistas, Partido Agrario y republicanos conservadores) y 121 en contra (radicales, radical-socialistas y Acción Republicana). El 40% restante, 188 diputados, o no estuvieron presentes o se abstuvieron. El artículo 34 quedó aprobado, aunque Acción Republicana aún hizo una última intentona: en el período abierto para presentar Disposiciones Adicionales Transitorias al texto constitucional, propuso una enmienda en la que pretendía que el voto femenino sólo fuese efectivo en las elecciones municipales y no en las legislativas. De nuevo, Clara Campoamor levantó su voz en contra de esta limitación. Esta vez la enmienda quedó desechada tan sólo por cuatro votos de diferencia (127 a favor y 131 en contra), pero el derecho al voto femenino era ya una realidad en España.
Probablemente sin las intervenciones de Clara Campoamor muchos de los diputados que votaron a favor de otorgar el voto a la mujer se hubieran dejado convencer sin demasiada dificultad por los que defendían, al menos, su aplazamiento por razones de 'oportunidad política'. Pero detrás de Clara Campoamor hubo muchas mujeres que lucharon antes y durante para conseguir lo que, por fin, la República les reconocía. Algunas más conocidas, Matilde Huici, Benita Asas Manterola, Carmen Burgos o María de Maetzu, esconden el nombre de tantas otras.
El derecho de las mujeres al voto ha sido la consecuencia de un largo período de luchas que abarca desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el XX. Antes que las españolas, sufragistas británicas y americanas convirtieron la cuestión del sufragio femenino en una reivindicación internacional cuyos ecos atravesaron fronteras.